miércoles, enero 02, 2013

Libros para Reyes, de librerías locales

Soy un convencido de los libros electrónicos. Y un asiduo del comercio on-line, me resulta más conveniente que las tiendas físicas, a las que veo un futuro complicado; las librerías tienen un futuro bastante negro (y las bibliotecas también, pero ese es otro tema).

Sin embargo, al llegar Reyes, prefiero comprar en una librería, aunque me resulte más cómoda una tienda tipo Amazon. Y soy consiente que incluso en la tienda on-line ahorraría algún euro, porque si básicamente lo que regalas es libros (y qué mejor regalo) y un libro medio está sobre los 18 EUR, al final te gastas unos cuantos euros.

El motivo de comprar en una librería pese a preferir la tienda on-line, es que me gustaría echar un cable a la gente que tiene su trabajo o su negocio en las librerías (y razón de más ahora con la crisis). La campaña de Navidad es clave para que puedan ir tirando el resto del año. No es que sea favorable a mantener a toda costa actividades económicas que ya no funcionan, pero un tema a reflexionar es cómo contribuimos a que unos pocos estén acumulando la riqueza y si además como consumidores concentrar la demanda en unos pocos no terminará volviéndose en nuestra contra cuando la mayoría de la oferta desparezca.

El que no desaparezcan las librerías, no es sólo importante para los que trabajan en ellas e indirectamente para el resto de la sociedad en cuanto a lo que supone que haya un negocio pagando impuestos, nóminas pagando IRPF y SS y gente con dinero en lugar de en paro. Es importante para una serie de personas, entre la que no me encuentro pero que como aficionado a la lectura no puedo menos que simpatizar con ellos, que lamentarían mucho el cierre de las librerías.

Hay gente que disfruta ojeando y hojeando los libros en los estantes, descubriendo las novedades, "perdiéndose" en la librería, recurriendo al consejo de los libreros. Cuando estuve comprando en Margen, una librería de Valladolid, me emperré en perder el tiempo buscando yo los libros que quería comprar (una tontería cuando como es mi caso no encuentras mayor placer en ello, al final pregunté al dependiente, se mostró encantado y en tres minutos tenía todos los libros encima de la mesa) pero algo interesante es que en ese tiempo pude ver a distintos clientes hablar con el librero y cómo conocía no sólo sus gustos a la perfección, sino el de sus familiares (y sus nombres), avisando incluso sobre un libro que creía que posiblemente ya lo tuvieran. También había un taller de lectura los fines de semana para niños. Personalmente tengo la suerte que un amigo mío es el mayor experto en España de literatura infantil y juvenil (os recomiendo su web: www.bienvenidosalafiesta.com) por lo que prefiero recurrir a su consejo que a una librería, pero para otra gente sin duda el que un día desaparecieran este tipo de librerías sería una pena.

Una cosa que sí echaremos todos de menos el día que desaparezcan las librerías y más con el libro electrónico: privacidad. Es lamentable, que incluso en libros sin DRM, no sea posible comprar un libro sin registrarte. En una librería puedes pagar en efectivo y que no quede ningún rastro del libro que compraste. Con mis libros electrónicos será muy cómodo pero es inquietante que un libro, aunque ahora me avergüence haberlo comprado, permanezca en un puñetero bookshelf. Y para algunas personas podría ser especialmente embarazoso que otra persona vea las sugerencias que sin haberlas pedido surgen del historial de compras o incluso de búsquedas.

Para finalizar, una página con recomendaciones literarias para regalar, si se quiere ir más allá de los betsellers y las obras destacadas en los estantes de las librerías (aunque algunas de las recomendaciones también estén en la lista de superventas o en los estantes destacados): http://www.aceprensa.com/articles/seleccion-de-literatura-2012/