sábado, diciembre 29, 2012

La salud, derecho de todos ¡actúa!

¿A que por el titular parece que voy a hablar de algo que tiene que ver con los recortes en sanidad española? pues en realidad no. Ese es el lema de la campaña de Manos Unidas durante el 2012, acuñado unos cuantos meses antes de que todas estas movidas empezaran. Todavía estás a tiempo de hacer un donativo por cierto, que desgrava un 25% en el IRPF ;-)

Por mucho que nos recorten, por mal que nos vaya, en España no dejamos que nuestros ciudadanos dejen de recibir un tratamiento por que no puedan pagarlo o por razón de edad (cosa esta última que sí pasa en países de la Unión Europea que presumen de estado del bienestar; una persona mayor puede elegir no pasar por el sufrimiento de una operación para ponerle un marcapasos, pero lo que no puede ser es que la decisión la tomen otros por él cuando él sí quiera probar si con eso vivirá unos años más). Al final, es el tipo de cosas que te hace orgulloso de tener una nacionalidad, por encima de episodios históricos (que no digo que no sea para sentirse orgulloso también).

En cambio, con la crisis económica se están ralentizando programas sanitarios en países de África que estaban dando muy buenos resultados.

Los niños del Tercer Mundo merecen también su oportunidad. No nos dejemos engañar por argumentos absurdos acerca de la superpoblación. Sonroja que quienes claman al cielo porque no suban la inflación a un jubilado (que aún así y gracias a que toda su vida ha evitado crearse necesidades, se permitirá dar la propina a sus nietos para que se compren un juego de la Nintendo) acepten una suerte de selección natural con la gente que no ha tenido la suerte de nacer en occidente. Además de lo ridículo que es hablar de superpoblación (y del vano intento de acabar con la pobreza dejando que se mueran y evitando que se reproduzcan los pobres) en la mayoría de países africanos, con una densidad de población muy, muy inferior a la europea. ¿Merece menos un africano que su coetáneo español, sin más horizonte vital que el botellón del próximo fin de semana?

Como recordatorio para quienes buscan excusas, muchas ONGs como Manos Unidas se someten voluntariamente a auditorías por la fundación Lealtad que ya me gustaría que pasaran los bancos y empresas. Así mismo detallan cada proyecto y puedes ver que el porcentaje de dinero que se gasta directamente en los proyectos es muy mayoritario, cosa que no ocurre lamentablemente con proyectos más directamente auspiciados por ejemplo por la ONU.

Y si no quieres colaborar con Manos Unidas porque está vinculado con la Iglesia católica, aparte de que deberías hacértelo mirar, no te preocupes, hay otras ONG que se someten a las mismas auditorías y por lo tanto también son fiables, de modo que puedes seguir siendo un año más un saco de prejuicios sectario pero al menos solidario ;-).

Y recuerda que un 25% lo vas a recuperar en tu declaración de la renta.

Feliz Navidad y que el 2013 sea bueno en lo personal y en lo colectivo (y en lo colectivo, a ver si pensamos en grande )


miércoles, noviembre 14, 2012

Esta no, esta sí, esta no...

No, no deshojo una margarita. Es mi historial de participación en las pasadas huelgas generales, que he ido razonando en este blog aún a riesgo de parecer una veleta ;-).

Toca explicar por qué no hecho huelga hoy, si tan cabreado y decidido estaba en la pasada. Antes que nada, mis razones no tienen nada que ver con el argumento "ahora lo que hace falta es trabajar mucho, para salir así de la crisis". No, mire, si una persona está convencida que la política es errónea y nos está haciendo caer cada vez más dentro del agujero en lugar de sacarnos, que se sume a una huelga general es coherente. En cambio si reconoce que hay que hacer ajustes pero no le gustan los que le tocan, juntarse mucha gente a protestar cada uno por lo suyo no tiene mucho sentido.

Aclaro que no me arrepiento en absoluto de haber participado en la anterior huelga y hoy la haría de nuevo si la convocatoria fuera en concreto contra la reforma laboral: el tiempo ha demostrado que la reforma ha sido una mala idea y ha empeorado la situación. Creo además que el legado de la reforma que persistirá tras la crisis (de la que saldremos no gracias a la reforma sino a pesar de ella) es un cambio de modelo irreversible que pondrá en riesgo a muchas empresas que no sepan o puedan adaptarse. Y es que la reforma laboral "flexibiliza" los costes laborales, pero a largo plazo no los reduce: en época de bonanza los costes se dispararán porque como sabes que las mejoras que consigas se perderán en épocas de vacas flacas,  tienes que espabilar e irte a dónde te ofrezcan más en ese momento porque la estrategia conservadora de consolidar lo que has conseguido ya no vale. Y digo que es un cambio irreversible, porque aunque se cambiara la ley una vez que te la han hecho sabes que te la pueden volver a hacer.

En lo personal "agradezco" a la reforma laboral que ahora tengo 1000 EUR menos al año porque nos han quitado la tarjeta restaurante  (los restauradores de los sitios a los que antes íbamos a diario y ya no porque comemos de taperware también estarán agradecidos a la reforma, así como la hacienda pública por los impuestos que dejan de pagar). Afortunadamente, mi empresa piensa en todo y ya que tengo menos dinero que gastar, me hace ahorrar teniendo un día menos de vacaciones (el único día de asuntos propios que habíamos conseguido). Así mismo gracias a la reforma se perdieron los otros beneficios firmados por la empresa en años anteriores (y a mí que siempre me enseñaron que un caballero a diferencia de un truhán, siempre es fiel a su palabra...). El único beneficio que no echaré de menos es la ayuda del seguro médico, es lo que tiene confiar en la sanidad pública, ironías del destino que en cambio haya colectivos de funcionarios que niegan el derecho a elegir a los ciudadanos en educación, cuando ellos tienen un seguro privado.

¿Y entonces? Pues el tema es que esta huelga general no es contra de algo concreto como la reforma laboral: es en contra de la política de ajustes que está haciendo el gobierno, que aunque me cabree en varios puntos (no sólo en la reforma laboral) en otros debo reconocer que no nos queda otra. Es cierto que hay gente con bastante responsabilidad en la crisis y no deberíamos permitir que salgan inmunes, pero también que desgraciadamente no hay solución para salir de la crisis que implique que sólo sean esas personas las que carguen con las consecuencias.

A favor y en contra ¿de todo el lote?

El peligro de protestar en contra de los recortes en general es que sí, todo el mundo puede protestar por lo suyo, pero también todo el mundo es consciente que con los niveles de deuda que tenemos y sin posibilidad de más ingresos es ingenuo esperar que el gobierno recule y satisfaga a la vez a los mineros, los jubilados, los profesores, los médicos, los estudiantes...

Si hubiera un referéndum como se pide, habría que desglosar por medidas e incluir las alternativas para quien esté en contra de todas o la mayoría, porque de algún lado tiene que salir el dinero para reducir la deuda.

Me uno a los que protestan por que se gaste el dinero en ayudar a los bancos y cajas de ahorros (y si de verdad es imprescindible, lo que no puede ser es que sus responsables salgan tan frescos de la experiencia). Por cierto que en bancos y cajas de ahorro los responsables del desaguisado empiezan por la cúspide pero se extienden a directores de cientos de oficinas repartidas por nuestra geografía.

Me uno a los que protestan por la falta de tijera de los políticos en los temas que les afecta: sigue habiendo temas como complementos a jubilación, como múltiples sueldos, puestos de designación política en empresas públicas, en cajas de ahorro, que son indignantes y más mientras se pide esfuerzos a la población.

Me uno a los que protestan contra medidas de tipo bajada de sueldo y sin encima conllevar reducción de horas, afecten a funcionarios o trabajadores por cuenta ajena. Eso sí, a aquellos funcionarios que se mostraban tan comprensivos con la reforma laboral, porque si las empresas están mal hay que hacer lo que sea para que sobrevivan, que tengan clarito que su empresa es la que peor está en estos momentos de todas y nos está arrastrando al resto.

No me uno a las protestas, por ejemplo, contra reducción en número de empleados públicos, ya sea no reponiendo, eliminando interinidades o cerrando ese coladero de enchufismo que son las empresas públicas. Por supuesto que hay casos en que no se puede recortar sin afectar gravemente un servicio, pero en otros no cuela. Por ejemplo no siempre una mayor carga lectiva en profesores es un problema a la hora de mantener la calidad en las clases: ¿qué tal si los profesores veteranos le echáis un poco menos de morro y dejáis de endosar todos los marrones a los últimos profesores que se han sacado la plaza, cuando vosotros ya tenéis vuestras asignatura trillada desde hace años y los apuntes amarillos? (ya sé que no hay que generalizar, pero esta situación no es nada rara).

No protesto tampoco por la congelación de las pensiones.  Vaya por delante que tengo debilidad por la gente débil (valga la redundancia) y para mí los ancianos y más si están enfermos son la cúspide de la debilidad.  Pero también hay que ser claros. Si la solución "mágica" fuera salir del euro para devaluar la moneda, eso es pérdida de poder adquisitivo habría afectado a TODOS. Las pensiones es la mayor partida presupuestaria y si se congelan todos los sueldos lo lógico es que las pensiones también. Y mejor congelar todo que bajar sueldos (aunque congelar también suponga perder poder adquisitivo, por la inflación, pero precisamente menos inflación si una medida afecta a todos).  Que hay gente que cobra muy poca pensión, cierto, lo que habrá que vigilar es esos casos de gente que esté tan al límite que unos pocos euros son la diferencia entre llevar una vida austera y pasarlas mal.

Sinceramente creo que a la inmensa mayoría de los jubilados les afectará menos la crisis aunque les toque pagar algo de las medicinas, aunque les congelen la pensión, que a muchísimas familias con hipotecas e hijos que ven reducidos sensiblemente sus ingresos. Me preocupa que un anciano pueda pasar penuria o simplemente sufra por el temor a pasarla, pero no me preocupa que ahorre un poco menos que dejar a sus desagradecidos hijos cuando muera.

Algo de culpa también tenemos

Ahora bien, en tema de deuda, ¿cómo hemos llegado a esto, aparte de por culpa de nuestro paro azuzado por la nefasta reforma laboral (que no parece que esté salvando empresas, que es la única justificación para permitir lo que permite en una época en que lo primordial es atajar el paro)?

Por supuesto los bancos (incluyendo los alemanes, señora Merkel) tienen mucha de la culpa. La mala gestión de la crisis de la UE también la tiene: nuestra deuda no era tan preocupante como la de otros países, pero la política monetaria y el hecho de tener intereses contrapuestos la economía Alemana y la de otros países está teniendo un efecto bola de nieve en nuestra deuda.

Evidentemente muchísima de la responsabilidad es de los políticos. Pero aquí entra también la nuestra propia y no hablo ahora de lo que nos toca por ser quienes votamos (complicado pues todas las ideologías  han contribuido a que tengamos la deuda que tenemos), sino como hemos tragado con algunos de sus mensajes:

  • Este año hemos incrementado el gasto en "X concepto chachiguay" en un 20% ¡¡¡¡bien!!! ¡¡¡qué gobierno más comprometido!!!. Pues no. Lo importante no es el incremento del gasto sino en qué se ha concretado, pero como imbéciles aplaudíamos el mero aumento del gasto y no en lo que se veía que se había conseguido mejorar con ese dinero. Dedicar dinero que no es tuyo a una partida no tiene mérito. El mérito es gestionar bien ese dinero.
  • Para luchar contra tal problema, por ejemplo contra el SIDA, he creado la "Secretaría de Estado tal y cual". ¡¡¡¡bien!!!!. Pues no, para luchar contra un problema lo que hay que hacer es tomar medidas, no crear estructuras: no se avanza más de por sí por crear una secretaría de estado o un ministerio, en lugar de otorgar esa responsabilidad a por ejemplo una secretaría de estado ya existente.
  • Vamos a construir un auditorio, una piscina, un colegio, un.... ¡¡¡guay!!! Vale ¿y lo necesitamos? ¿cuánto nos va a costar mantenerlo? ¿no se puede compartir infraestructuras y en tal caso subvencionar transporte?
  • X gasto no es un gasto, es una inversión. No, perdona, lo que es un gasto y lo que es una inversión tienen definiciones claras: y que un gasto sea absolutamente necesario para no crearnos un problema gordo a largo o medio plazo no implica que tengamos que llamarlo inversión (lo que además es estúpido, pues se invierte cuando hay dinero, no cuando no lo hay, que sólo se cubren los gastos necesarios). Y desde luego si una generación hereda un pasivo (deuda) que no tiene equivalente en unos activos o posibilidades de retorno, aquí no se ha invertido, se ha gastado.
  • Nuestra deuda es inferior a la de otros países, no pasa nada por seguirnos adeudando. Ya, pero otros países lo consiguen por una cosa que se llaman los mercados de capitales, que funciona con unas reglas y lo que es peor con sensaciones que no nos gustan pero son las suyas porque ellos ponen el dinero. Hay países (como EE.UU.) que gracias a los mercados de capitales pueden tener deudas absolutamente impagables que saben que no pueden devolver en un número X  de años razonable  ni en sueños, pero a los inversores no les echa atrás mientras se paguen los intereses y no teman recuperar su dinero cuando lo necesiten porque habrá otro inversor deseoso de ocupar su lugar. Si no queremos depender tanto de esto, de sensaciones, de niveles de confianza con componente irracional,  hay que plantear la deuda un poco más como una familia con una hipoteca y un poco menos en niveles de endeudamiento como una empresa: en X años tengo que devolver Y, no en qué margen tengo para seguir convenciendo a los mercados para que en X años el mercado me preste Y+intereses+incremento endeudamiento.

jueves, marzo 29, 2012

cosas que no me gustan de la reforma laboral


  • Es nefasto el despido si no aceptas cambio en condiciones, como bajada de sueldo. Sr. Rajoy, estoy de acuerdo con usted en que mientras que congelar los salarios a los funcionarios se puede hacer (así llevamos años en muchas empresas), bajarles el sueldo afecta al consumo. Pues es lo mismo con los trabajadores por cuenta ajena.
  • Idea de poder cambiar condiciones y si no aceptas te vas con mucho menos dinero, además de inseguridad, es romper contratos unilateralmente con excusa crisis. ¿Van a poder hacer las empresas lo mismo? ¿esto aumenta la confianza en un país? Claro que si ahora una autonomía se permite pagar no conforme a los requisitos legales, sino priorizando  a quienes le hacen descuento de la deuda, qué nos podemos esperar...
  • Puede ser aceptable que una empresa en situación de crisis pueda congelar sueldos o mediante un ERE reducir temporalmente jornadas y en proporción sueldo. Pero pocas empresas necesitarán bajar estructuralmente el sueldo y las que se den, seguramente estén abocadas a desaparecer. En cualquier caso los empleados tienen compromisos como hipotecas en función de su sueldo actual y si les cambian las condiciones tienen derecho a la indemnización que actúa como colchón mientras encuentra algo.
  • El empezar a competir bajando sueldos puede poner en dificultades a empresas que ahora mismo no los tienen, porque ya han hecho sus EREs y han tomado medidas, si otras empresas competidoras en peor situación tratan de competir a base de bajar sueldos (un ejemplo de esto, empresas de servicios que funcionan como subcontratas)
  • si el empresario quiere adaptarte a condiciones de crisis, la solución es que en los contratos haya variable y dependa también del estado de la empresa, no en abaratar despido de quien no acepte bajarse el sueldo, porque le han prometido algo que luego no van a cumplir. 
  • Un problema de nuestra economía es nuestra propia falta de confianza, el miedo. Con cambio de gobierno había esperanza que una vez depurado ZP la gente podría ver el futuro con otra mirada, pero esta reforma son todo mazazos.
  • Es un insulto a la inteligencia hablar de contrato de prueba de un año. Por lo menos un poco de honradez de llamar a las cosas por su nombre
  • Se abarata el despido, se pueden cambiar condiciones de trabajo ¿entonces para qué se subvenciona contrato indefinido?no hay dinero, de modo que mejor gastarlo mejor. Además ojo con subvenciones, que la empresa a la que se le subvenciona por contratar a un empleado barato, compite en costes con empresas  que ya tienen sus problemas y cuentan con empleados con hipotecas por los que no van a recibir ninguna subvención.
  • Por experiencia propia en mi empresa, la obligatoriedad de aprobación de los ERES permite que a la gente se le despida con una indemnización más digna (aunque menor a un despido individual antes de la reforma)
  • No necesitamos competir en costes laborales con los países de la UE que nos presionan para ello: salimos mucho más baratos. No podemos competir en coste con países en vía de desarrollo o con China.
  • La movilidad geográfica en la práctica no es para llevar gente de Madrid a delegaciones en otras provincias, sino para cerrar en zonas que económicamente van a menos (en general poblaciones que pierden) para concentrar en núcleos más poblados como Madrid ¿es ese el modelo que queremos? ¿cuánto gastaremos luego en subvenciones para tratar de fijar población?
  • el absentismo laboral hay que combatirlo con inspecciones, o con tribunales médicos, no con no poder ponerte malo 9 días en dos meses.
  • El que en otros países las condiciones sean peores no es en sí argumento, hay que medir el impacto. En todo caso es muy distinto tener unas condiciones desde el principio a que te las cambien a peor, afecta a confianza y consumo, como no es lo mismo haber cobrado siempre 600 EUR que cobrar antes 1000 y que te bajen a 600.
Una pregunta para acabar con humor: si los contratos no valen nada y pueden cambiarse unilateralmente ¿pueden bajar los equipos de fútbol la ficha a sus jugadores y si no aceptan echarles con 20 días por temporada jugada ;-) ?

Por qué me sumo a la huelga general

Por primera vez desde que trabajo (y son unos añitos ya) voy a hacer huelga. El por qué la reforma me parece muy mala es para otro post, aunque creo que hay bastante información ya publicada. Sólo añadiría que no deja de ser curioso cómo nos cabreamos todos y nos preocupa casi más que devuelvan el dinero al castigo en sí, antes los (siempre supuestos, por supuesto) chorizeos del político o Urdangarín de turno, que sumados todos y divididos entre el número de españolitos, nos da una cantidad modesta, mientras que nuestra indemnización por despido ha bajado de un día para otro en unos cuantos miles de euros.

A lo que querría responder es a la pregunta jocosa de "qué hace un chico como tú, con una gentuza como esta", o justificar el por qué esto no es cuestión de ideologías ni que nos gusten más o menos los sindicatos.

Mi opinión de los convocantes sigue siendo tan mala como hace año y medio. Entonces los afeaba que convocaran sólo para salvar la cara, evitando poner en demasiados apuros al gobierno. Sus motivos para hacerlo eran que aunque no les gustara la política del PSOE, temían que desgastar al gobierno beneficiaría al PP que de gobernar haría parecer benévolas las reformas de ZP.

Habrá quien piense que el tiempo ha confirmado que tenían razón. El problema de cuando uno por un supuesto pragmatismo deja de hacer su obligación de denuncia, pierda la autoridad moral y acaba pagando, sea un caso como este, sea cuando se mira para otro lado ante dictador que viola derechos humanos pero como es laicista frena a los integristas... (al final ocurre lo contrario de lo que se busca, como pasó con Persia/Irán para EE.UU. o Afganistán para la URSS).  Con qué cara los sindicatos van a pedir a la gente que ha votado PP hace muy poco que les sigan con una pancarta que diga "¡quieren acabar con todo!".¿Qué pasa si esos ciudadanos ahora también se ponen en plan pragmático y piensan que no les gusta nada la reforma, pero que peor sería dar alas al PSOE, a quien acusan de por su mala política provocar que a diferencia de otros países sigamos sin ver la luz del final del túnel de la crisis?

A los sindicatos y a la mayoría de la izquierda les falta visión, capacidad de estrategia (aunque en honor a la verdad a la hora de tratar de negociar suavizar la reforma sí se han mostrado sensatos y hasta conciliadores y ha sido el gobierno quien no ha querido negociar nada) y la más mínima empatía para ver las cosas desde la óptica de quien no tienen su prisma ideológico pegado como legañas. Y es una carencia peligrosa, porque es evidente que buena parte de la fuerza electoral del PP está entre los trabajadores por cuenta ajena (algún lumbreras se pensará que hay tantos empresarios como para ganar por mayoría absoluta), más que por ejemplo en sectores como funcionariado (sin duda la reserva espiritual del diario "El País")

Ante un gobierno que acaba de ganar las elecciones por mayoría y esgrime esos votos como apoyo de su política, no vale con movilizar sólo a la izquierda (y eso si se consigue, porque el ciudadano medio de izquierdas es muy reacio a rascarse el bolsillo y hacer huelga no es barato). Seamos realistas: los grandes partidos saben que las elecciones no se ganan por los indecisos que unas veces votan PP y otras PSOE, sino por lograr movilizar a todo tu electorado y que el rival no lo logre, como ha pasado en Andalucía. Aunque la izquierda logre encender a todos sus incondicionales, hay mucho tiempo para que los ardores guerreros se enfríen y que las huestes que ahora corren y gritan blandiendo sus armas, a mitad de camino de la legislatura no puedan ya no con la espada, sino tan siquiera con los huevos. A lo que sí tiene miedo el PP, es que entre los cabreados y decepcionados que acudan a la huelga estén sus votantes. Porque el enfado se pasa con el tiempo si no se lo alimenta, pero no se torna milagrosamente en adhesión incondicional.

En cualquier caso, el mal ejemplo de sindicatos no debería ser excusa para no ir a la huelga sean cual sean las opiniones políticas personales. Precisamente para no ser como ellos, hay que tirar de dignidad y honradez personal. Si el gobierno no hace lo correcto, no es de recibo callarse y ceder al chantaje de no poder decir nada que dé fuerzas a la oposición con el pretexto que son opciones políticas que nos van a disgustar más.

Para mí, hay dos ejemplos de dignidad, aunque escuezan a mucha gente, de no dejarse llevar por el chantaje de "ya sé que no te gusta lo que hago, pero ya sabes que mi alternativa te gusta menos o sea que calla y traga". El más reciente es el de Andalucía, dónde la clave ha sido que una parte de el siempre fiel electorado del PP ha cambiado y se ha quedado en casa (o en Asturias, los que han dejado de votar a Cascos). Se estima que 8 de cada 2 abstenciones (en relación a las generales) han sido votantes del PP, algo inaudito en otras elecciones. Por supuesto, algunos se habrán puesto blancos y arrepentido a la hora del resultado porque pensarían que pese a todo ganaría el PP (tener un gesto de dignidad con el voto es fácil cuando crees que tu voto no es decisivo) , pero como decía el País al respecto de esa pésima novela que es el código Da Vinci: felicitamos a las editoriales que rechazaron el libro y no se han arrepentido luego al ver su éxito.

El otro ejemplo fue el de IU en Extramadura. El PSOE dio por sentado que IU tenía que apoyarlos sí o sí y desde IU se plantearon que si siempre es así, para que se presentaban a las elecciones.

En definitiva: señores del PP que dicen que les avala mi voto para hacer una reforma que va a traer más problemas que soluciones, miembros y miembras del PSOE a los que hay que reconocer el mérito de que estemos como estamos, señor@s de IU a los que agradecemos su complicidad para que ZP ganara su segunda legislatura haciendo el imbécil en la primera y en la campaña de la segunda y aplaudimos el realismo y modernidad de sus ideas, compañeros y compañeras dirigentes de sindicatos que no han estado a la altura. Que os den a todos. Yo hago huelga por mi país, por el futuro de mi familia y porque yo sí tengo dignidad e independencia.